Java, parte I: de mar y templos
Duración: 17 días | Presupuesto (2 comensales): 39€/día
Después de nuestro querido paso por Sumatra, donde nuestro recorrido nos llevó principalmente por jungla, montaña y agua dulce, nos atrevimos con su compañera Java. Estábamos deseando ya oler el mar así que teníamos como objetivo ir a Karimunjawa, una islita bonita cerca de Semarang, donde llegábamos con el avión. Al llegar a la ciudad ya nos dimos cuenta de que todo era muy distinto a Sumatra en cuanto a desarrollo: las carreteras estaban más arregladas, los edificios en mejor estado y todo parecía un poquito más moderno.
Con el objetivo en mente de conocer Karimunjawa, una isla cercana cuya existencia solo habíamos conocido unos días antes, cogimos un bus tardío a Jepara (2,3 horas), puerto de donde sale el ferry. Allí dormimos unas horas en Kota Baru, un homestay terrorífico, sucio y pestilente y al día siguiente bien temprano conseguimos ferry rápido (2,30 horas) a Karimunjawa (178.000 IDR solo ida, permiso entrada incluido). Hay que tener cuidado con las fechas tanto para ir como para volver porque no hay ferry todos los días y unos tardan más de 5 horas.
Karimunjawa
Esta islita es un trocito de cielo en la Tierra y nos robó el corazón. La vida marina, la arena, la brisa, las puestas de sol, la luna… No sabemos muy bien cómo, aún consigue escaparse del turismo masivo (muchos se concentran en las cuatro calles algo concurridas del centro) y en el resto de la isla se respira un ambiente muy relajado.
Alquilamos moto (75.000 IDR por día) y nos fuimos hacia el norte, directos a Bunga Jabe, unas cabañitas rústicas y super chulas, en frente del mar (bambú, ducha con cielo abierto, ruido a mar). Con desayuno bien rico, nos salió cada noche por 200.000 IDR.
Aparte de disfrutar de los paisajes y la tranquilidad del lugar, nuestro pasatiempo favorito fue el snorkel. Hay que tener cuidado porque la marea es bastante bajita y hay poco espacio para nadar en algunas zonas sin dañar la barrera de coral, pero con paciencia (¡y conciencia!) se consigue y la recompensa vale la pena. Nemos, amigos, corales, esponjitas…
¿Por qué es una isla mágica para nosotros?
- Todavía no hay mucho turismo (y eso va a durar poco).
- Es un lugar perfecto para relajarse y desconectar.
- Regala unos atardeceres preciosos.
- Por la noche, la luna sale roja y enorme del mar y te deja sin palabras.
- Snorkel, snorkel, ¡snorkel!
Borobudur
Nuestro próximo destino era Borobudur, el templo budista más grande del mundo.
Así pues, nos despedimos de nuestra isla mágica, cogimos ferry de vuelta a Jepara, e hicimos algo que no hacemos nunca, ir en taxi. Nos encontramos con unos chicos que iban a subirse en uno directos a los templos también, así que compartiendo salía bien de precio y ni lo pensamos. 5 horas más tarde llegamos al ladito de Borobudur y bajo la lluvia buscamos y buscamos nuestro hotel, nunca lo encontramos… Así que empapados y cabreados acabamos en otro al azar por necesidad imperiosa de descansar.
A las 4.30 am sonó la alarma para ir a ver el tan esperado amanecer desde las estupas. Y bueno, en resumen, no fue lo que esperábamos. Creemos que la experiencia es demasiado cara para la satisfacción que nos dio (450.000 IDR por persona). Los templos son preciosos y la historia es más que interesante, eso es indudable, pero es un lugar tan turístico, que nos sentimos ovejitas en un rebaño alborotado.
Nuestra idea de contemplar un amanecer/atardecer es siempre algo relajante, único, especial… Y fue bastante difícil evadirse de los clics frenéticos de las cámaras, móviles sonando, voces demasiado fuertes y un movimiento incesante. Quizás fue mala suerte, quizás no pasa cada día, quizás teníamos las expectativas demasiado altas… no sé.
Sea como fuera, y con lo mucho que me motiva el budismo y los bailes del sol, no nos conmovió lo suficiente como para recomendar la experiencia amanecer en Borobudur, aunque sí recomendamos hacer la visita normal y pasarse por el museo, que aparte es un poco más económica.
¿Lo sabías?
País: República de Indonesia 🇮🇩, formada por más de 17500 islas
Idioma: Indonesio, comprende más de 700 lenguas
Moneda: Rupia Indonesia (IDR) ➡ [1 euro = 16500 IDR aprox.]
Religión: Mayoritariamente musulmana, cerca del 9% cristiana, 5% otras
Prambanan
Por cercanía e interés, después de empaparnos un poco de budismo en Boroburdur, nos apetecía mucho acercarnos a la cultura hindú y visitar los templos de Prambanan. Aunque muy famosos, lo son un poquito menos que Borobudur y eso se nota en el ambiente ¡y en el precio! Aparte son varios templos, por lo que hay más lugares para perderse y buscar tu propio rinconcito. No hay transporte público Borobudur – Prambanan sin parar y hacer transbordo en Yogyakarta, por lo que nos animamos con un Grab (200.000 IDR, 2 horas).
Entramos en Prambanan por la tarde, con entrada especial estudiante guiño, guiño (218.000 IDR) y pudimos disfrutar de un atardecer increíble. Nos encantó el lugar, da para pasar bastante rato recorriendo, a pie o en bici, saltando de templo en templo mientras viajas a otra época.
Yogyakarta
Distinta al resto de Java, es la única provincia gobernada por su propio Sultanato, centro de arte y cultura javanesa. Aunque no es nuestro lugar preferido en Java, es casi paso obligado para ver Borobudur y Prambanan, y vale la pena conocerla.
Dos buses públicos de Prambanan a Yogya (3.500 IDR) y llegamos a Abrakadabra, un hostel super chulo lleno de plantitas a muy buen precio (180.000 IDR por noche para los dos con desayuno).
¿Qué hicimos en Yogyakarta?
- Darnos algunos lujos en comida y bebida, a veces difícil de conseguir en el resto de Java y en Sumatra, donde el nasi goreng y el mie goreng son los reyes. La ciudad está bastante desarrollada y hay muchísima variedad de restaurantes, bares, y música donde darse algún capricho.
- Dejarnos enloquecer por la frenética Malioboro Street. A nosotros nos espantan bastante estas calles tan bulliciosas, llenas de ruido y venta casi agresiva de souvenirs, pero es interesante aunque sea pasar y comer algo en el mercado.
- Admirar, comprar y aprender sobre el batik, una técnica muy especial de teñido, patrimonio del país. Recomendamos ir a una exposición de batik tradicional, al lado de Pangurakan Gate, donde te enseñan todos los tipos de batik en prendas de ropa y sus distintos usos: nacimiento, pubertad, boda, muerte… Nosotros tuvimos suerte porque una vez cada dos años la visita es gratuita, guía privada incluida, y justo estábamos ahí para aprovechar el chollo. Luego, en alguna galería de Batik se puede comprar alguna muestra. Hay que tener cuidado con donde compráis porque hay una pequeña mafia en Yogya que revende obras al doble de precio o vende batik falso a precio de auténtico (hay que mirar que los dibujos sean bien visibles por ambos lados de la tela).
Esta ciudad fue nuestra última parada antes de que se nos acabara la visa gratuita en Indonesia de 1 mes. Como queríamos pasar más tiempo en esta preciosa locura de país decidimos que por lo que costaba renovarla, unos 35 USD por persona, preferíamos salir y entrar del país y así ahorrábamos tiempo (tarda varios días) y aprovechábamos para visitar otro país aunque sea un ratito. Los vuelos dentro de Asia a países cercanos pueden ser muy económicos, así que elegimos pasar unos días en Singapur antes de volver a Indonesia.
Esta primera parte de nuestro recorrido por Java fue una buena mezcla de tranquilidad isleña y baño cultural, pero la segunda parte se viene con fuerza y mucho sudor… ¡Volvemos pronto a Java con los volcanes Bromo e Ijen!
4 Comentarios
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Anónimo
Bravo!!! Estos consejos me serán muy útiles para cuando vaya yo!??! Hahaha Feliz fin de viaje?!. O esto no tiene fin???
pedro
¡Por supuesto! Valen para todo el mundo 😉 Se acerca el fiiiiin, pero esperamos que solo sea un punto y seguido.